En México, uno de los términos fiscales que más resuenan es RFC. Si estás empezando a trabajar, quieres emprender, o simplemente deseas poner tus cuentas en orden, tarde o temprano te toparás con esta palabra clave.
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Y, si bien puede sonar técnico, entender el RFC no es tan complicado. Hoy te quiero explicar de manera clara y práctica todo lo que necesitas saber para manejar tu RFC, como si estuviéramos conversando entre amigos.
El RFC (Registro Federal de Contribuyentes) es el número de identificación fiscal que todos los mexicanos necesitan para realizar actividades económicas oficiales. Ya sea que pagues impuestos como individuo o como empresa, contar con este registro te permitirá estar al día con tus responsabilidades fiscales. Además, es un requisito indispensable para trámites comunes, como facturación o hasta para solicitar un crédito. Continúa leyendo para descubrir cómo tramitarlo, cuáles son sus beneficios, y todo lo esencial para manejar tu RFC como un experto.
El RFC, o Registro Federal de Contribuyentes, es un identificador que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) asigna a cada persona o entidad que realiza actividades económicas en México. Este registro permite al gobierno mantener un control sobre las contribuciones fiscales. No importa si eres asalariado, freelancer, empresario o tienes una pequeña empresa: tener un RFC es esencial para declarar y pagar impuestos.